Mi historia
Hola, soy Selvin Sáenz, el quiropráctico. Quiero compartir con ustedes un poco de mi historia y cómo llegué a donde estoy hoy.
Cuando decidí estudiar quiropraxia, lo hice porque siempre he tenido un profundo deseo de ayudar a mis seres cercanos y a otras personas. Pero al principio, no estaba del todo seguro de si esto era lo que realmente quería hacer. Tenía dudas, como cualquier persona que se enfrenta a una decisión importante. ¿Sería capaz de aprender y aplicar todo lo que la quiropraxia implica? ¿Realmente podría hacer una diferencia?
A pesar de esas dudas, decidí intentarlo. Desde el primer día en la escuela de quiropraxia, me di cuenta de que no sería fácil. Los conceptos eran complejos y la carga de trabajo era intensa. Sin embargo, algo dentro de mí me impulsaba a seguir adelante. Poco a poco, comencé a darme cuenta de que no solo entendía lo que estaba aprendiendo, sino que también tenía una habilidad natural para ponerlo en práctica. Me fui enamorando de la quiropraxia y de cómo podía ayudar a mejorar la vida de las personas.
Para mi sorpresa, no solo logré superar los desafíos, sino que terminé siendo uno de los mejores de mi promoción. De hecho, conseguí el primer lugar, algo que jamás imaginé cuando comencé. Ese logro me dio la confianza que necesitaba para dar el siguiente paso: abrir mi propia clínica.
Inicialmente, abrí la clínica en mi cantón, cerca de mi gente, donde sabía que podía empezar a hacer la diferencia. Pero la demanda de mis servicios creció rápidamente, más de lo que había anticipado. Así que tomé la decisión de trasladar la clínica a la ciudad de San Miguel, donde podría atender a más personas y seguir haciendo lo que más me apasiona.
Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que todas esas dudas iniciales fueron parte del proceso. Si no hubiera decidido intentarlo, nunca habría descubierto mi verdadera vocación. Hoy puedo decir con orgullo que la quiropraxia no solo es mi profesión, sino también el medio a través del cual he podido cumplir mi sueño de ayudar a los demás.